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ANÁLISIS: Deadlight

Deadlight

A veces no todo es tan bueno como parece y ‘Deadlight’, por más que me pese decirlo, entra en el saco de los juegos esperados que prometen mucho y que luego no ofrecen tanto. Quizás es culpa nuestra, que en muchas ocasiones nos dejamos llevar por el hype, que situamos el listón de las expectativas demasiado alto y luego nos la damos, pero sea como fuere el primer trabajo de Tequila Works tiene tantos aciertos como fallos. Incluso más fallos que aciertos.

Deadlight y su pobre argumento

A estas alturas, tras haber asimilado incontables historias protagonizadas por humanos contra zombis tanto en el cine como en las series de televisión, la literatura, o los propios videojuegos, es complicado que algo vaya a sorprendernos dentro del género. Hasta ahí podemos estar de acuerdo, pero creo que dicho argumento no puede servir como excusa cuando uno crea un nuevo producto. Hay que ir a por todas, hay que dejarle claro al jugador que, si bien la historia no va a ser la más original del mundo, al menos tendrá sentido y estará bien atada. En ‘Deadlight’, lamentablemente, esto no sucede.

Deadlight

El punto de partida, el momento en el que Randall Wayne, el protagonista, se queda solo y da comienzo su aventura (año 1986, Seattle, la ciudad reducida a escombros y miles de zombis sueltos en todos lados), es bastante sorprendente por lo inútil e inexplicable que resulta. Todo podría quedarse en un mal principio si la cosa remontara a posteriori, pero no lo hace. Por ejemplo, la forma elegida para ofrecerle al jugador algunos datos sobre la historia no tiene sentido: hojas del diario del propio Randall que encontraremos en los lugares más inverosímiles a lo largo de toda la aventura. ¿Cómo es posible que hayan llegado hasta estos sitios? No se entiende. No es un recurso creíble ni adecuado y sólo son una excusa para completar el 100% del juego, ya que se consideran "secretos” a descubrir (y no están precisamente escondidos, no hay mayor problema en encontrarlos).

Luego hay personajes de lo más extraños que generan situaciones sin ningún tipo de sentido. ¿Por qué un tipo nos obligaría a pasar una serie de absurdas pruebas antes de ayudarnos en pleno apocalipsis zombi? ¿Por qué al final somos nosotros los que tenemos que ayudarle en una misión que ni nos va ni nos viene teniendo en cuenta que estamos buscando a nuestros amigos, a nuestra familia? Pero hay más: no esperéis que ‘Deadlight’ os explique nada sobre el origen de los zombis ni del resto de enemigos. El giro final tampoco convence, ni mucho menos.

Mecánicas de juego sencillas y puzzles demasiado fáciles

‘Deadlight’ es un juego que mezcla plataformas, acción, y resolución de puzzles en 2D pero en entornos 3D. Tequila Works ha hecho un trabajo fantástico con el Unreal Engine y a nivel visual el juego resulta realmente espectacular. Escenarios, animaciones, todo luce a las mil maravillas. Especial mención se merece el apartado sonoro. Más que por el doblaje, que no está nada mal (a pesar de ser un juego español las voces son en inglés y los subtítulos en castellano), lo digo por la magnífica banda sonora y los impresionantes efectos de sonido.

Deadlight

Los primeros 45 minutos aproximadamente son lo mejor de todo el juego. Os aseguro que durante esos primeros compases no dejaba de alucinar tanto por su apabullante apartado técnico como por la facilidad con la que el juego logra hacernos creer, gracias a su excelente ambientación, que estamos en una ciudad destruida y abandonada cuyos únicos habitantes son un puñado de zombis hambrientos (por cierto, incomprensiblemente reciben el nombre de Sombras. ¡Pero son los zombis de toda la vida!). Creía que estaba ante ese gran juego que tanto tiempo llevaba esperando, que me quedaban muchas horas por delante para disfrutar de semejante joya, pero, poco a poco, por todo lo que he comentado hasta ahora sobre su argumento y las extrañas decisiones de diseño, esa agradable sensación se fue diluyendo. Pensad que, además, he finalizado el juego en unas tres horas. Muy poco para su precio (1.200 MS Points), sobre todo viendo lo que podría haber sido.

‘Deadlight’ ofrece dos tipos de fases diferenciadas: aquellas en las que hay que resolver puzzles para seguir avanzando y aquellas en las que hay que correr como un loco. En las primeras no encontraremos ningún desafío: los puzzles son tan inofensivos como previsibles. Desde mover bloques para alcanzar zonas más elevadas hasta activar o desactivar mecanismos (con límite de tiempo o sin) que mueven esto o aquello. Como sólo tenemos a nuestra disposición un camino a seguir y una sola forma de resolver cada situación, basta con echar un vistazo a nuestro alrededor para dar con la clave. En este sentido ‘Deadlight’ no está pensado para proponernos ningún reto. Una verdadera lástima.

Deadlight

Donde sí nos mete presión ‘Deadlight’ es a partir de su segunda parte, que es cuando las fases en las que hay que correr como un loco y hacerlo todo a la perfección y al milímetro para evitar la muerte cobran mayor protagonismo. Moriremos. Moriremos mucho en algunas zonas antes de ejecutar todos los movimientos a toda velocidad y correctamente. Pero esto, más allá de lanzarnos un reto y picarnos de forma sana, logra cabrearnos sin necesidad. Está bien que un juego nos proponga desafíos, debe hacerlo, pero hay que ajustarlos bien. Y en ‘Deadlight’ todo resulta irregular: o muy fácil (la mayoría de veces) o con muy mala leche (pocas, pero bastante frustrantes).

¿Y qué pasa con los zombis? Pues que son molestos y en el mejor de los casos iremos armados con un hacha y par de armas de fuego, pero con muy poca munición a nuestro alcance. Hay momentos en los que un grupo de sombras se hace demasiado pegajoso y por mucho que saquemos el hacha moriremos sin remedio. Hay que medir bien los tiempos y evitar los enfrentamientos cuando podamos.

Deadlight

Deadlight. Conclusión

Pese a que el tono del análisis es más bien negativo creo que a Tequila Works le queda mucho por ofrecer durante los próximos años. ‘Deadlight’ es su primer juego, un título que parecía más ambicioso de lo que es y que, a pesar de todos sus errores, sobre todo de su cortísima duración y de ese argumento que hace aguas, resulta entretenido. El principal problema de ‘Deadlight’, por lo tanto, es ese precisamente: que es un juego de zombis entretenido y bonito, muy bonito, pero poco más. No destaca sobre otros. Ya tenemos muchos juegos de zombis. Aquí hace falta estar a la altura, patear culos, pero no quedarse en un juego más. Y ‘Deadlight’, y vuelvo a repetir que me pesa mucho decir esto y que me hubiera encantado poder contaros que todo en él es bueno, es un juego más.


Fuente: Vidaextra

Categoría: Noticias Generales | Vistas: 632 | Agregado por: Admin | Etiquetas: Deadligth, Xbox 360 | Valoración: 4.9/11
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